Tus Reglas - método sintotérmico

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Todo lo que necesitas saber sobre las cuatro fases de tu ciclo menstrual


Recuerdo la primera vez que leí que el ciclo menstrual tiene cuatro fases. Mi primera reacción fue estar muy confundida y pensar, “¿cómo así que cuatro fases? No entiendo cómo es posible si solo menstruamos una vez al mes…”.

Luego me enteré de que el ciclo menstrual es mucho más que la regla. Como dice Toni Weschler en su libro Taking Charge of Your Fertility el ciclo es una sinfonía muy afinada, una interacción fascinante de hormonas y respuestas fisiológicas.

Antes de entrar en detalles, quiero explicarte por qué es importante esto de las cuatro fases.

Entender que tu ciclo va mucho más allá de los días que sangras es el primer paso para entender por qué sufres tantos cambios físicos y emocionales a lo largo del mes. En otras palabras, es el primer paso para que notes que no estás loca por no sentirte igual todos los días, que hay una razón detrás de esos cambios físicos, de ánimo y de humor…

Qué alivio, ¿no?

Estos cambios importan porque tu regla es algo así como un reporte mensual de tu salud y ese reporte se escribe con lo que está pasando en tu cuerpo el resto del ciclo (y de hecho muchos ciclos antes).

¿Interesada? Ahora sí empecemos.

En este ejemplo vamos a tomar el clásico ejemplo del ciclo de 28 días, pero es importante saber que muchísimas mujeres no tenemos ciclos de 28 días y que eso es perfectamente normal. Un ciclo normal puede durar entre 24 y 36 días, puede cambiar a lo largo de tu vida fértil y depende mucho de cada mujer y su situación particular.

Cada fase es como una estación que trae cambios físicos y emocionales diferentes y que podemos aprender a usar a nuestro beneficio.

Podemos trabajar con nuestro ciclo y nuestro cuerpo, usando los diferentes momentos para diferentes actividades que concuerden con nuestros niveles de energía y nuestro estado mental. De esta forma, aprendemos a trabajar con nuestro cuerpo, en lugar de estar luchando constantemente contra él.

Las cuatro fases del ciclo son:

1.     La menstruación (equivalente al invierno)

2.     La fase folicular (equivalente a la primavera)

3.     La ovulación (equivalente al verano)

4.     La fase lútea (equivalente al otoño)

El primer día de tu ciclo es el primer día de sangrado rojo. Si manchas un poco antes, todavía es parte del ciclo anterior.

La progesterona cae en picada lo que resulta en que el revestimiento uterino se deshaga y empiece el sangrado.

Una regla saludable dura entre 3 y 7 días, así que esta primera etapa durará eso aproximadamente. Durante estos días las hormonales sexuales principales (progesterona y estrógeno) caen abruptamente y tu cérvix está en una posición baja, firme y ligeramente abierta para dejar que la sangre fluya.

Seguramente no es una sorpresa saber que durante estos días tu energía está en su nivel más bajo. Sentirse cansada, introvertida, sensible e introspectiva es normal.

Si sufres mucho de síntomas premenstruales puede que también tengas una sensación de alivio cuando por fin te llega la regla y los síntomas desaparecen. Este es el momento para intentar descansar un poco más, tomarte tiempo para ti misma y recargar baterías para el resto del mes.

La sociedad en la que vivimos nos enseña a que siempre tenemos que ser productivas y estar encima de todo y por eso estos días nos pueden causar un dilema interior.

La realidad es que durante estos días nuestras hormonas están en un punto bajísimo y físicamente no tenemos la misma energía que podemos tener en otras fases así que bajarle al ritmo no solo es necesario, sino que nos puede ayudar a ser mucho más productivas y estar más enfocadas más adelante.

Vivimos en un mundo que va a mil por hora y no todas podemos darnos el lujo de tomarnos unos días tranquilos cuando estamos menstruando. Si puedes hacerlo, descansa, trabaja desde tu cama, mantente caliente, duerme y come ligero evitando comidas inflamatorias.

Si simplemente no te puedes dar el lujo de dejar todo para “hibernar” uno o dos días, entonces intenta cosas como meterte a la tina o darte una ducha caliente un poco más larga de lo habitual, dormirte más temprano con una bolsa de agua caliente en el abdomen, mantener tu cuerpo caliente con infusiones (la de jengibre es mi favorita) y tratar de sacar por lo menos unas horas para estar tranquila y hacer algo que te guste.  

Intenta no hacer ejercicio fuerte durante estos días, algo suave como yoga o caminar es lo ideal, pero solo si tienes ganas.

Si sientes mucha resistencia a tomarte estos días con calma o te parece ridículo el concepto, te invito a preguntarte de donde viene esa creencia. El mundo no está diseñado pensando en la ciclicidad, en este caso específico la ciclicidad femenina, ¿tendrá eso algo que ver?

Cuando empiezas a salir del invierno, poco a poco te vas sintiendo renovada, con más energía y ganas de socializar y empezar a moverte más.

Puede ser tentador salir de la cueva invernal y empezar a darle otra vez con toda, pero es mejor ir con calma los primeros días.

La fase folicular empieza después de la menstruación y dura entre 7 y 10 días aproximadamente.

Se llama así porque tu glándula pituitaria (que está en el cerebro) secreta una hormona que se llama hormona estimulante del folículo (FSH). Esta hormona literalmente estimula los folículos (donde están tus óvulos inmaduros) de uno de tus ovarios para que maduren.

Al principio de la fase folicular los niveles de estrógeno y de testosterona permanecen bajos, aumentando a medida que se acerca la ovulación. Estas dos hormonas son las responsables de aumentar tu energía, tu estado de ánimo y tus capacidades cognitivas.

Durante esta fase empiezas a sentirte mucho más poderosa y segura, aumenta tu libido y te sientes más extrovertida y con ganas de conectar con otros. Esta fase es perfecta para empezar proyectos nuevos y tomar decisiones importantes.

Tu creatividad aumenta y te sientes más segura de ti misma y tus proyectos. Los mayores niveles de energía también son buenos para aprovechar y hacer ejercicio más fuerte y energético, si es lo que te gusta hacer.

La ovulación es la fase más importante de tu ciclo (sí, más que la regla) y dura únicamente dos o tres días.

Ovular, además de ser la forma como hacemos bebés, es fundamental para la salud y es la forma como producimos nuestras hormonas sexuales.

Durante las semanas previas han ido aumentando los niveles de estrógeno y testosterona y justo antes de ovular hay un pico muy alto de LH (hormona luteinizante) que causa que el folículo dominante reviente y catapulte el óvulo a la trompa uterina. Imagínatelo como uno de esos cañones de circo de los que sale volando un payaso… Así de rápida y dramática es la ovulación.

El óvulo solamente vive entre 12 y 24 horas y hay solo dos opciones: o es fertilizado o se muere. En algunos casos es posible que maduren dos óvulos en el mismo ciclo y es por esto que existen los gemelos fraternos. Pero ojo, esto pasa en un plazo máximo de 24 horas. La ovulación solo se da una vez en el ciclo, nunca jamás podremos ovular dos veces en un solo ciclo.

Durante la fase ovulatoria tu libido está en su nivel más alto pues el estrógeno y la testosterona alcanzan su nivel máximo y este también es el único momento del ciclo en el que puedes quedar embarazada, ¡un tema del que hablo a más profundidad en otros post! (ni se te ocurra usar estas dos líneas de información como anticonceptivo, por favor).

Esta es la fase favorita de muchas mujeres. El sentimiento de bienestar puede ser increíble y es común sentirte mucho más atractiva, seductora y segura de ti misma. Es el momento perfecto para ir a una entrevista de trabajo, cerrar un contrato, conseguir un nuevo cliente y tener conversaciones importantes.

Durante estos días aprovecha para conectar a un nivel más profundo con las personas importantes de tu vida, ten conversaciones profundas, conoce personas nuevas y explora tu creatividad.

Esta fase se divide en dos y típicamente dura entre 9 y 18 días.

Después de ovular los niveles de FSH y LH caen abruptamente y se quedan bajos por el resto del ciclo. El estrógeno y la testosterona bajan gradualmente y el folículo que liberó el óvulo se convierte en el cuerpo lúteo que empieza a producir progesterona, la hormona dominante en esta fase. Esta hormona tiene un efecto termogénico y también estimula el crecimiento del endometrio en preparación para un posible embarazo.

Durante la segunda parte de la fase lútea, el estrógeno volverá a subir un poco en preparación para un embarazo. Si no quedas embarazada, los niveles de estrógeno y progesterona bajan, causando que el endometrio se libere y empiece el ciclo otra vez con la llegada de la menstruación.

La segunda parte de la fase lútea es quizá la más difícil para muchas mujeres. Puede que empieces a sentir síntomas premenstruales fuertes, muchos antojos, cambios de ánimo y pesadez.

Lo más importante en esta fase es no ser tan dura contigo misma. Puede que te sientas muy sola o como si estuvieras loca y todos estos síntomas estuvieran en tu cabeza. ¡No es así! Hay una gran cantidad de cambios hormonales llevándose a cabo en tu cuerpo y es normal sentirte diferente a como te sentías en otros momentos del ciclo. Tampoco es normal (pero sí es común) tener síntomas premenstruales que interrumpen tu vida y hay muchas cosas que puedes hacer para mejorarlos. Normalizar el sufrimiento y el dolor no está bien.

A medida que se acerca el final del ciclo y empiezas la transición hacia el invierno interior, es hora de empezar a descansar y conservar tu energía. A muchas mujeres les dan unas ganas incontrolables de organizar, ¡algo así como preparar el espacio para la llegada de la regla!

Llegamos al final del ciclo y, asumiendo que fue un ciclo con ovulación, una de dos cosas va a pasar: empiezas un nuevo ciclo con una nueva regla o, si quedaste embarazada, tu cuerpo se empieza a preparar para crecer esa nueva vida.

Como puedes ver, durante nuestro ciclo un montón de cambios están pasando constantemente.

Estos cambios hormonales tienen un gran efecto en nuestra vida diaria y determinan nuestro nivel de energía, nuestro estado de ánimo, nuestro apetito, nuestro nivel de atención y un largo etc.

Obviamente todas somos distintas y hay muchos factores que nos afectan de forma personal a cada una. Pero la realidad es que todas somos cíclicas, y conocer y respetar nuestra naturaleza cíclica nos puede ayudar a cambiar nuestra vida.

Si eres como yo, de pronto aprendes esta información y quieres empezar a hacer todos los cambios habidos y por haber YA.

Pero la verdad es que abrumarte y estresarte solo va a empeorar tu ciclo así que te recomiendo, por muy difícil que sea, ir despacio. Empieza por solo observar el primer ciclo que tengas después de leer esto para ir conociendo tus patrones particulares y cómo sientes que vas cambiando día a día. Después y poco a poco puedes ir cambiando cosas para apoyarte en tus diferentes fases poco a poco. 

¿Sabías de las diferentes fases del ciclo menstrual? ¿Hay alguna en la que te sientas especialmente bien o mal? Cuéntame en los comentarios y aprovecha para dejar cualquier pregunta que tengas.

¡Gracias por leerme!

Carolina

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